viernes, 7 de agosto de 2009

Emoción

Al fin, encontré la casa de mis sueños para este año.
Para lograrlo, caminé un promedio de 10 kilómetros diarios, durante tres días consecutivos, bajo el rayo de sol veraniego en el D.F., y hablé por lo menos con 80 personas, aunque creo que deben haber superado el centenar. Eso sin contar las llamadas telefónicas...

Como la gente acá está muy paranoica y miedosa, nadie pone un cartel en la puerta de la casa cuando la quiere rentar/alquilar/arrendar, tampoco se manejan mucho con inmobiliarias por el tema de la comisión y por desconfianza, y sólo unos pocos publican por internet el aviso... entonces uno se podría preguntar: ¿cómo hacen para vender y/o rentar sus casas?
Fácil: le avisan a los vecinos. Así, de persona a persona, se corre la voz entre gente de confianza solamente, como pasa aquí en la mayoría de las cosas.
Entonces, ¿qué hace un extranjero/a o alguien de otra ciudad, que busca dónde vivir en el Distrito Federal? Pues tiene que ganarse la confianza de la gente, para que le digan qué vecino/os quieren rentar su casa o un departamento que construyeron sobre su casa para tener un ingreso extra.

Esta búsqueda exige entonces, caminar y caminar. Recorrer las zonas donde uno quisiera vivir, sonreir y saludar a todos, dar buena impresión, preguntar amablemente y sin acercarse mucho físicamente a la gente para que no se sienta amenazada, comentar el clima o lo que haga falta para entrar en diálogo, elegir a quiénes preguntarle (por ejemplo, los menores de 18 aún no tienen permiso de hablar con extraños, y entonces se ve mal que uno se dirija a ellos), y seguir caminando, caminando, caminando.
En las cuadras donde no encontraba a nadie sacando un auto o saliendo a comprar, tuve que inventar un sistema para no dejar de buscar información: elegir la vereda más limpia, con las flores más regadas o el pasto más prolijo, y tocarle timbre. Esa casa, seguro tenía una dueña muy preocupada de la vida de los demás, que sería la más indicada para informarme. Y así fue en muchos casos: esas señoras eran más propensas a conversar, y después del "no" inicial, si uno le seguía la plática, terminaba "recordando" que tal vecino tenía intención de rentar su casa.
Otra táctica muy efectiva, fue comenzar la conversación comentando las bondades del barrio, como tranquilo, seguro, con mucha vegetación, etc. Ellos se sentían complacidos de que alguien "de afuera" quisiera vivir en su cuadra, y se abrían más a dar información.
Pero la verdad es que en los barrios donde yo quería rentar, había muchas casas en venta, pero muy poquitas en renta. Yo comentaba esto con extrañeza: "¿por qué se quieren ir de acá, que es tan bonito para vivir?". Algunos, más parcos, no respondían, otros compartían aparentemente mi impresión.
Bueno, pero lo mejor fue que después de hablar con tantas personas, podría resumir en un diálogo-tipo, el promedio de palabras utilizadas por los mexicanos en sus respuestas:

Yo: -Buenas tardes, cómo está. Estoy buscando casa para rentar en esta calle, porque me gusta mucho para vivir, me parece tranquila y bonita, ¿usted sabe si algún vecino quiere rentar su casa, o un departamento tal vez?
El/ella: -¡Híjole! En esta calle no sé de nadie que rente... (o) ¡Híjole! Qué cree, se rentaba aquélla casa, pero ya se rentó la semana pasada...
Yo: -Ah, qué lástima... ¿y habrá algún vecino que sepa, y me pueda decir?
El/ella: No... Necesita buscar
Yo: -Sí, eso estoy tratando de hacer, pero me ha costado encontrar por aquí...
El/ella: -Hay muchas... Sólo que recorra estas calles, y luego luego encuentra...
Yo: -Sí, tengo que seguir recorriendo nomás...
El/ella: -Sí, necesita recorrer!
Yo: -Bueno, muchas gracias...
El/ella: -

Algunas versiones eran más reducidas, porque la persona no me miraba a la cara y se alejaba mientras me negaba todo con la cabeza, y algunas versiones fueron más conversadas aún, pero en este diálogo se resumen las palabras más repetidas, como el "sí" después del gracias, que es generalizado acá y que me resulta muy gracioso, como el "luego luego encuentra", o como el "necesita buscar", que me daba ganas de matarlos, o de decirles "¿y qué te creés que estoy haciendo acá a pata bajo el rayo del sol veraniego, hablando con vos? ¿¿Socializando??".

Bueno, pero este post era para contar que encontré casa finalmente, y que estoy emocionada porque siento que es un lugar donde podré ser feliz durante este próximo año al menos (tal vez me quede más).

Ah, no sé si mis experiencias relatadas aquí le puedan ser útiles a otros, ya que la casa que renté la encontré por internet, jajaja. Pero fueron estrategias cuidadosamente elaboradas, que desde mi punto de vista me podrían haber conducido a encontrar mi casa defeína.

2 comentarios:

WWW.LEYCOSMICA.ORG dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
chizita dijo...

queremos que posteeeeeeeeeeeeeeeeeeees