sábado, 31 de enero de 2009

La vida en una maleta

Después de años de vivir, vivir y vivir... uno va acumulando muchas cosas. Cada cosa tiene un significado, un recuerdo o una utilidad.

El tema es que cuando uno se traslada a un lugar más o menos lejano (donde no se puede enviar un camión de mudanzas), hay que revisar los criterios para conservar las cosas.

Lo que uno tiene y realmente le resulta útil, lo usa con frecuencia y no se puede reemplazar por otra cosa comprada en el nuevo lugar, debe irse con uno. Pero claro, para llegar a esa selección, hay que dejar afuera muchas cosas que forman parte de la vida cotidiana de uno, y muchísimas otras que no prestan utilidad, pero de las que cuesta desprenderse, porque están en la categoría de cosas con significado, o son cosas que guardan recuerdos.

Dejar cosas con significado implica internalizar esos significados, para encontrarlos en el nuevo lugar, en otras cosas. Dejar cosas-recuerdos, implica recargar el corazón con los sentimientos de esos momentos o personas importantes, para llevarlos con uno.

Finalmente, el resultado del proceso es el siguiente: uno deja la mayoría de las cosas que solían vivir con uno, y viaja con una maleta de 22,5 kg de cosas, y la mente y el corazón con exceso de equipaje.

Próximo post: desde México!

miércoles, 28 de enero de 2009

SCL / LIM / SAL / MEX

Bueno, después de muchos trámites, rabias, nervios, llamadas telefónicas, mails... tengo pasaje!

Me voy a México este domingo, haciendo escalas en Lima (como 6 horas) y San Salvador. Finalmente, como yo quería, en esta experiencia de becaria voy a conocer latinoamérica!

Estoy buscando qué libro llevar para el viaje... pensé en "Las venas abiertas de América Latina" de Eduardo Galeano, para ponerme a tono con el momento, pero no lo tengo y tampoco tengo plata para comprarlo... Así que buscaré ahora qué llevar... además de la almohada inflable para la espera entre los vuelos, porque pienso acostarme en los aeropuertos sin ningún complejo, como estos coreanos que descubrí una vez en un aeropuerto brasileño... qué ternura, no?

lunes, 26 de enero de 2009

Hoy es mi cumpleaños

En medio de trámites, compra de pasajes, armado de equipaje y despedidas, hoy es mi cumpleaños. Leo mi carta natal y me pacifico, al sentirme entendida. Siempre fui muy activa, inquieta, alegre, directa y frontal, y actué siempre libremente, bastante a contramano de la mayoría... pero aunque esto trae problemas, siempre me gustó ser así.
A pesar de que en principio no soy de creer en la astrología, me siento identificada con casi todo lo que plantea mi carta astral. Les comparto aquí la descripción que hacen "los astros" de mi personalidad:

"Naciste bajo el signo de Acuario y tu planeta regente es Urano, el cual te vuelve rebelde, independiente y poco convencional.
"Tu signo solar es FIJO y ello te llevará a cumplir una función de organizadora, ya sea del pensamiento o de la acción. Tu actitud es firme, perseverante, estable y decidida. Tienes la habilidad de concentrarte profundamente en tus proyectos y de permanecer firme en tus propósitos. A pesar de ello, deberás cultivar cierta flexibilidad, evitar la obstinación y el egoísmo.
Acuario es un signo de AIRE y ello te vuelve curiosa, sociable y mentalmente muy activa. Todas las ocupaciones que estimulen tu intelecto y la posibilidad de comunicarte te serán muy favorables. Necesitas de la variedad, la armonía y del intercambio de ideas.
"Te gusta ser libre y no soportas la rutina ni las limitaciones de la vida cotidiana, por ello, tu estilo es personal, informal y a veces un tanto acelerado. Eres muy curiosa y te sientes atraída por todo lo especial, distinto o misterioso. Te entusiasman los viajes, las aventuras y la posibilidad de conocer gente y lugares nuevos. Tienes facilidad para comunicarte y ganas amistades en cada lugar que te desenvuelves. Tu actitud independiente te permite relacionarte con todos y no comprometerte con nadie. Tu mente rápida aprende con mucha velocidad cada cosa que te interesa, pero la misma también puede llevarte al aburrimiento cuando un tema es lento o monótono.
"Tu vida estará llena de cambios y sorpresas, algunas de ellas serán programadas y otras totalmente fortuitas. Eres una persona muy creativa que siempre pone su toque personal en cada cosa que hace. Tienes capacidad para inventar, transformar y cambiar tu entorno. Tu estilo será siempre impredecible como así también el rumbo de tu vida.
"Naciste para cambiar el mundo a tu alrededor, para aportar nuevas ideas, estilos y convenciones. Probablemente seas criticada por tu manera de pensar o actuar pero ello mismo enseñará a los demás a ampliar su criterio y mentalidad. Naciste para quebrar las reglas, normas e imposiciones, especialmente cuando las mismas son obsoletas o anticuadas. Tu visión humanitaria, altruísta y futurista te permitirá pensar en función de grupo y aportar tu ayuda a los mismos. Otra de tus misiones es crear, inventar, innovar y desarrollar tu creatividad e imaginación.
"Para evolucionar, tu espíritu necesita aprender a desarrollar paciencia con aquellas cosas que no puedas cambiar o con las personas que no sigan tu ritmo".

jueves, 22 de enero de 2009

Con la verdad se hace justicia

Debo confesar: creo que fui injusta al publicar aquí mi catarsis del otro día, porque a decir verdad, me siento muy agradecida por la beca que recibí (o que recibiré, jeje).
Yo soy argentina, por lo tanto, en Chile soy extranjera. Sin embargo, en muchas ocasiones y de miles de maneras, Chile y los chilenos me han hecho sentir acogida, me han dado oportunidades y me han valorado, de una forma que sólo los chilenos saben hacer. Por algo me quedé por acá, tonta no soy...
Pero en particular, en este punto -el académico-, resulta que yo terminé mi carrera universitaria y obtuve mi título en una Universidad Chilena, lo que significa pagar un alto costo económico (no existe la gratuidad en la educación superior en Chile) y el costo de tener que trabajar a contraturno, no poder tomar ciertos cursos porque coincidían con mis horas de trabajo, estudiar fines de semana, etc. Todo esto, porque además de ser paga, la educación superior en Chile está pensada para que el estudiante no trabaje.
Pero todos estos sacrificios, junto con mis notas, me valieron obtener un reconocimiento de mi Universidad, que al titularme me nombró "Mejor alumna de la promoción" de todas las carreras. Creo que en Argentina, este premio no se lo hubieran dado a un extranjero jamás. En Chile sí. Orgullosos ellos de su alumna, me hicieron pasar adelante de centenares de personas, leyeron una reseña de mi vida laboral y académica, que tuvieron que investigar por sus medios porque yo no tenía idea de nada, y me entregaron una pesada placa con mi nombre grabado y todo.
Luego, al postular a la primera beca de mi vida (hay quienes deben hacerlo varias veces para lograrlo), el Estado chileno me elige para una de sus becas de posgrado de mayor prestigio y trayectoria en el país, "a pesar" de ser extranjera. Otra cosa que no sé si hubiera pasado en Argentina.
Chile me está dando "la" oportunidad de mi vida a través de esta beca, mientras que mi país no tiene siquiera un programa parecido, ni para argentinos, mucho menos para extranjeros.

Por todo esto digo: la tramitación de la beca me está sacando muchas canas, sí. Pero lo que la beca me entrega (una posibilidad que JAMÁS hubiera tenido por mis propios medios económicos), es mucho más de lo que merezco (suponiendo que uno llegara a merecer algo en la vida).
Por lo tanto, por medio de este post, quiero hacer un poco de justicia a este país generoso.

martes, 20 de enero de 2009

Catarsis de aniversario

Hoy se cumple exactamente un año desde que postulé a la beca. Postular significa entregar, de una vez, toda la infinidad de papeles, documentos probatorios y datos hasta la tercera generación que solicitan las bases; lo cual supone un trabajo de no menos de dos meses reuniendo información, pagando legalizaciones, estampillados, haciendo colas, dependiendo del ritmo de trabajo de otros, etc. Esto, sin contar la redacción de la famosa “carta de objetivos personales”, o declaración de intenciones, donde debes convencer a un jurado que no conoces, de que lo mejor que pueden hacer por el país y el mundo entero, es darte la beca que solicitas.

Después vienen meses en que te piden más papeles de los que aparecían en las bases, te hacen renovar los que ya entregaste porque “en tantos meses ya perdió validez jurídica”, te presionan con plazos, vas a la oficina de becas y te dicen que no pediste hora, que vuelvas otro día… bueno, así, transcurrieron 11 meses, hasta llegar a esta etapa final.

Hoy, día de aniversario, fue el día de mi catarsis. Luego de un nuevo revés en la tramitación de la concreción de la beca (etapa de mucha importancia, donde “ellos” tienen que empezar a cumplir con lo dispuesto en las bases, porque tú ya cumpliste todo); exploté y le mandé un mail a la persona que lleva mi expediente dentro de la repartición pública que otorga la beca estatal; llámese “funcionario público”.

¿El contexto? Ufff. Básicamente y obviando detalles de idas y venidas, me dijeron hace unos días que la tramitación de los papeles para la concreción tardarán al menos 4 semanas más, lo que significa que no me darán el pasaje hasta dentro de 5 semanas, lo cual significa perder las 3 primeras semanas de clase. La alternativa que me ofrecieron (siempre hay una solución si uno tiene plata), es comprar el pasaje por mis medios, y que ellos me reembolsarían el dinero, en fecha absolutamente incierta. La novedad de hoy, es que el organismo oficial que otorga la beca, no se compromete por escrito a reembolsar el monto del pasaje, y todos sabemos que en la administración pública, lo que no está por escrito, no existe. Por lo cual, el encargado de gestionar mi pasaje me recomienda esperar hasta que ellos lo compren.

El texto de mi mail fue el siguiente:

“Estimado “funcionario-público-que-lleva-mi-expediente-de-concreción-de-la-beca-desde-hace-menos-de-un-mes-luego-de-que-la-anterior-se-retirara-del-estresante-trabajo”:

“(…) A cada minuto me pone más nerviosa esta situación de incertidumbre y permanentes complicaciones, y no entiendo por qué las cosas no se pueden resolver de una manera más lógica y normal. Disculpa si me descargo contigo, sé que tienes la voluntad de ayudarme y de hacer las cosas lo mejor posible... pero es que resulta muy grande el desgaste para mí: las noches de insomnio, los nervios, las corridas por cada papel, el tener que pedir plata prestada sin saber cuándo ni cómo la podré devolver, y cuando hago preguntas por mail, las respuestas son vagas y contradictorias... parece que la mía fuera la primera beca que tramitan, no tienen sistematizados los procesos de una manera expedita y eficiente...

“Me pregunto ¿por qué nos tienen que hacer pasar por esto a cada becario? ¿No es un objetivo de las becas FACILITAR el acceso a la formación de posgrado de calidad, por el bien del país? ¿De qué sirve que la Universidad que elegí sea la mejor de latinoamérica, si por los trámites de la beca no puedo estar en clases a tiempo y me tengo que perder la parte más importante para tener un buen desempeño, como es el inicio de los cursos, cuando se dan todas las directrices? ¿Por qué a los becarios nos exigen los más altos estándares académicos, y la oficina que entrega la beca no tiene la misma exigencia en su efectividad? Me pregunto mil cosas más, pero como son preguntas sin respuesta por ahora, lo dejo hasta ahí.

“Gracias por la escucha y disculpa la efusividad, pero te imaginarás que cuando uno llega a estas instancias es porque ha sido exigente consigo mismo, y así ha logrado obtener una beca y ser aceptado en un programa extranjero de posgrado... por lo cual, es incomprensible encontrarse con este tipo de ineficiencia y burrocracia en el sistema que supuestamente garantiza que uno pueda seguir perfeccionándose...

“Bueno, te dejo la inquietud, espero que haya una mayor claridad con respecto al tema de los pasajes, porque hasta ahora, no entiendo nada.”

Espero que esta catarsis no me signifique perder los beneficios de la beca. Van tres horas y aún no recibo respuesta… pero no podía esperar para contárselo a Ustedes.

Si pretenden postular a una beca estatal, sepan desde ya que la tramitación de ésta les hará salir muchas canas. Y ninguna beca cubre gastos en tintura. Después no digan que no les avisé.

lunes, 19 de enero de 2009

Llega la nostalgia...

Viento fresco e impredecible,
agua correntosa y a la vez cristalina.
Millones de estrellas brillantes,
cerros rosados de mil tonos.
Firmes álamos y sauces acogedores,
cielo azul con pompones de algodón.

Un mate, un asado y buena compañía...
Como despedida de esta etapa de mi vida,
este fin de semana acampé en el Valle de Elqui.





La nostalgia que me invadió,
no me dejará por los próximos meses.
El futuro es a la vez ilusión, ansiedad y algunos temores.
Al menos tres situaciones serán nuevas:
por primera vez en mi vida viviré sola,
estudiaré sin tener que trabajar
y llegaré a un lugar donde no conozco a nadie.

Perspectivas de madurez y crecimiento, que no logran evitar
que el corazón se apriete y los ojos se humedezcan...
"Yo me lo busqué", me reprocho. Con ese espíritu soñador,
y esa mente eternamente inconforme, insaciable, inquieta...
¿Quién más que yo misma podría hacerme dejar todo
lo que construí con esfuerzo y disfruto con serenidad,
para empezar de nuevo en otro lugar?

"Es lo que siempre soñaste", me consuelo.
"Naciste para conquistar el mundo" me repetía un viejo y querido amigo.

Pero pucha, que cuesta tanto seguir siendo yo...
aún así, la mayor parte del tiempo, es entretenido.

jueves, 15 de enero de 2009

Esquizofrenia cultural

Como suele suceder en las mejores familias, en las fiestas me encontré con algunos tíos y primos. Esta vez, víspera de mi viaje a México, fue interesante.
Uno a veces se olvida de la influencia que puede ejercer la familia en la forma de pensar de uno, sobre todo cuando somos chicos y aún estamos creciendo... Lo gracioso fue que esta vez, escuchar a mi tío me sirvió para corroborar cómo fui criada, y cómo dejé de pensar, hace tanto tiempo ya, que ni lo recuerdo.
Mi tío, con quien me llevo siempre bastante bien, considerando que sólo debo "llevarme" con él durante un rato en un encuentro familiar cada 4 ó 5 años, me escuchó comentando que me iba a estudiar a México por tres años.

- ¿A estudiar a México??? ¿Y qué te pueden enseñar esos negros?

Había olvidado que aún quedaba gente que pensaba de esa manera (uno a veces cree ingenuamente que cuando uno cambia, el mundo cambia), y me dí cuenta por la no-reacción del resto, que su visión no difería mucho de la planteada, sólo que no se habían atrevido a decirla así, a boca de jarro.
Me dejó helada en un primer momento. Quise responderle algo genial, algo convincente, que los dejara a todos callados, pero me quedé en blanco y sólo pude decirle lo primero que me vino a la mente:
- ¡Qué ignorante que sos!

Claro, ahora sí hubo reacción. Todos se dieron vuelta a mirarme a mí. Entonces yo, sin desviar la vista del único que se había atrevido a decir lo que pensaba, y por lo tanto, el único que merecía respuesta, seguí explicando, tranquilamente, que México era el único país de América Latina en el que aún se hablaban 82 lenguas originarias, que habían sabido mantener esa diversidad cultural a lo largo de los siglos de colonización, que no se avergonzaban de su origen, de sus apellidos, de sus costumbres, a pesar de que los europeos podían considerarlos primitivos... Y para resumir, rematé diciendo:

- Ellos tienen clara su identidad de americanos, en cambio nosotros (refiriéndome a los argentinos), somos unos esquizofrénicos: somos americanos pero suspiramos tratando de ser europeos. Nunca vamos a terminar de ser americanos, ni europeos, y así, no tenemos una cultura propia. Por eso voy a estudiar a México: para aprender la cultura americana.

Total, si no me han desheredado con todas las diferencias que desde hace años mostré tener con la ideología familiar, no creo que lo hagan ahora, no?

miércoles, 14 de enero de 2009

Campanas invisibles

Siempre me llamó la atención la relación del ser humano con las distancias.
He notado que un ser humano puede sentirse amenazado e intimidado, sólo por el hecho de que otro ser humano ingrese en ese invisible círculo vital que lo rodea, al acercarse demasiado para lo que el primero hubiera esperado. Es como si todos camináramos rodeados por una campana invisible, que nos mantiene lo suficientemente alejados de los demás, como para sentirnos seguros. Si alguien se acerca demasiado, la campana suena. Claro que este sonar se manifiesta de diferentes maneras en cada persona, pero de eso se ocupa la psicología.
Lo que muchas veces me llamó la atención, fue observar que las campanas de las personas son de muy diferentes tamaños. Hay quienes saludan extendiendo tanto la mano hacia uno, que pareciera que te la quieren regalar. Ellos necesitan mucho espacio para explayar su personalidad y estar seguros de que nadie interfiera. También están los que buscan siempre el contacto con el otro, y por ejemplo al hablarle le tocan el brazo; ellos se vuelven pegajosos para la mayoría de quienes los rodean. Tal vez necesiten mucho apoyo de los demás para lograr ocupar un poco de espacio en el mundo.
Pienso que tal vez las invisibles campanas sean barreras que ponemos a los demás, porque tenemos miedo. Por ejemplo: si vivimos en una gran ciudad, podemos viajar cuerpo a cuerpo con un extraño en un medio de transporte diario, sin que esto nos moleste. Pero al llegar a nuestra casa, o en nuestros lugares de trabajo, guardamos distancia con aquéllos supuestamente no-extraños con los que convivimos. Y la campana crece. Y tal vez una simple mirada a los ojos de alguien querido es más intimidante que el frotarse durante 35 minutos con un extraño en un tren subterráneo. Y una caricia que nos hace un amigo o un hermano, puede tornarse más incómoda que escuchar en un baño público los sonidos de las necesidades ajenas, o peor, que otros escuchen las nuestras.
Lo raro es que cuando las circunstancias de la vida nos obligan a estar físicamente alejados de quienes queremos, es un drama desgarrador para nosotros. Y soñamos con la cercanía, la misma que al tener, tememos.¿Qué nos hace agrandar las campanas con las personas más cercanas? ¿Por qué nuestra intimidad parece ser tan valiosa sólo cuando estamos en un ambiente íntimo? Somos tan extraños los seres humanos…
Yo creo que la intimidad entre las personas no es fácil de vivir, y se constituye en un logro que llega con los años, la confianza mutua y la mirada transparente. Entonces es gozosa, nos ayuda a re-conocernos, y se logra vivir con tanta libertad que uno quiere retenerla como el agua entre los dedos.
Tal vez las campanas nos permiten guardar esa sensación de total intimidad, reservándola para cuando estemos preparados a disfrutarla sin miedos, con total libertad y sin necesidad de explicaciones, utilitarismos ni excusas. Pero vale la pena buscarla…
Casi nadie sabe que el mejor de los cinco sentidos, es el tacto. Por algo lo tenemos en toda la piel de todo el cuerpo. Porque cuando los tactos de dos personas se reconocen, los demás sentidos pierden todo sentido.

martes, 13 de enero de 2009

De cristales, anteojos y anteojeras

Dentro de unos días parto a vivir a un país lejano. Dejo lo conocido para abrirme a otro mundo. Voy a estudiar sobre diversidad cultural a un lugar con una cultura diversa a la mía.
Antes de que me llenen la cabeza de ideas ajenas, quisiera definir lo que yo entiendo por diversidad cultural.
El principito, entre otras cosas, dijo que todo es según el color del cristal con que se mira. Tomo esta definición como base para la mía, porque asumo que aunque la realidad existe por sí misma y no sólo en la medida en que alguien la percibe, sí creo que todos aprendemos a mirar las cosas, la vida, lo que sucede a nuestro alrededor, con los anteojos que nos puso nuestra sociedad. Entonces una misma realidad, una persona criada en un lugar, con una cultura determinada, la va a ver de cierto “color” y eso hará que la interprete de cierta forma; y otra persona, criada en otro lugar, y por lo tanto con otra cultura, percibirá lo mismo como de otro “color” y entonces, le otorgará otro significado.
Si pensamos en que cada ser humano viene al mundo “virgen” de anteojos o anteojeras que nos va poniendo la vida, podemos afirmar que todos vemos el mundo de una manera única y original, y por tanto, le asignamos un significado a cada hecho, cosa o persona, que lo hace único para nosotros, aunque para los demás eso sea valorado de otra manera.
Creo que ésta es mi definición de diversidad: todos somos únicos, y vemos todo de manera original. Pero como los cachorros humanos nos criamos en sociedad, además tenemos cristales que modifican nuestra visión de las cosas, de una forma que es común a todos los integrantes de esa sociedad en particular. Esa es mi definición de cultura.
Cuando personas con diferentes orígenes culturales nos encontramos, nuestra visión de las cosas muchas veces difiere, y valoramos de manera diversa los mismos hechos. Esta es la diversidad cultural. La diversidad cultural hace que la humanidad contenga una riqueza tan enorme que no puede ser medida por los millones de kilómetros del espacio conocido por el hombre.
A veces pienso que si todos tuvieran mi visión del mundo, no habría espacio ni tiempo para los fundamentalismos. Claro que eso es lo que creo yo, pero la verdad es que si todos tuvieran mi visión del mundo, entonces no habría diversidad. Y en realidad, los fundamentalismos comienzan por gente que cree, como yo ahora, que nuestra visión del mundo es la que todos deberían tener.
Definitivamente, no fuimos criados para la diversidad.
Espero aprender algo en los próximos tres años.

lunes, 12 de enero de 2009

La pregunta

Hubo un tiempo en que mi vida era complicada. Era tan pero tan complicado para mí cargar con mi vida, que en algunos momentos me sentaba en el jardín a observar las hormigas. Suspiraba viendo cómo se alineaban llevando unas hojitas sobre la cabeza, después volvían a buscar otra, y siempre seguían lo que hacía el resto, sin complicarse en pensar si lo que estaban haciendo era lo correcto, si estaban hiriendo a alguien, si eran felices, si lo que hacían tenía sentido, si les alcanzaría para no tener hambre en el invierno, nada. Ellas sólo seguían la hilera, cada una era sólo una más del hormiguero, y seguro que al acostarse, no pensaban en nada ni tenían preocupaciones antes de conciliar el sueño.
Cuando me percataba de que estaba suspirando por el deseo de ser hormiga, me daba cuenta de que eso en realidad se llamaba envidia, y en mi mente, todo se complicaba de nuevo. Y pensaba que era una desagradecida con la vida, porque yo tenía la posibilidad de pensar, de saber quién era, de elegir qué hacer con mi vida, de hacer felices a los demás, de tomar decisiones… y de nuevo me abrumaba más y más al recordar lo complicada que era mi vida.
Cuando hace poco le conté esto a Flor, me dijo con simpleza: “miles de personas viven como hormigas…” con lo cual enseguida estuve muy de acuerdo. Y además agregó “pero nosotros no podemos, porque ya nos hicimos la pregunta…”
Es cierto, Flor. Todo empezó con la pregunta. La maldita pregunta sobre el sentido. La infernal pregunta sobre la vida, la muerte, el amor, la felicidad… el sentido. Y tenés razón. Una vez que la pregunta te entró en la cabeza, ya no la podés sacar. Te va a taladrar toda la vida, haciéndote suspirar al ver hormigas.
Pero la verdad, realmente la verdad, es que una vez que te hiciste la pregunta, y aunque no hayas encontrado aún las respuestas, no podés vivir más como hormiga. No querés vivir como hormiga. No soportás la idea de vivir como tantos otros, como hormigas que van y vienen sin cuestionarse nada. Sólo suspirás, cuando todo se complica, deseando que tu vida sea tan liviana por un rato.

domingo, 11 de enero de 2009

Del más acá y el más allá

Tras 15 días de visita familiar en mi natal Buenos Aires, un rato antes de partir, me senté al lado de mi papá con la intención de compartir con él los últimos momentos de mi estadía.
Como siempre, hasta último momento estoy haciendo cosas que tal vez debería haber hecho mucho antes. Esta vez por ejemplo, sólo un rato antes, había terminado de cambiarle los cables a una antigua lámpara de pie, para que mi viejo no se quedara pegado un día al encenderla.
Cuando me senté con él en los últimos minutos antes de subirme al avión que me llevaría a Chile, y 20 días después, a México por tres años, la tarea que me ocupaba consistía en pintarme las uñas de las manos.
De repente, tras cuatro segundos de silencio, y justo cuando yo bajaba la vista para controlar el pincelito en mi mano, papá me lanza la frase "Bueno, yo me voy". Haciéndome la desentendida lo corregí: "No, la que se va soy yo", como quien reacciona celoso para no perder protagonismo. Pero él, haciendo caso omiso de mi ansiedad por callarlo, insistió con la misma convicción: "No, yo me voy".
La pregunta era obligada: "¿A dónde vas, papá?". La respuesta, tajante: "Al más allá".

Fue la forma que encontró un padre para decirle a su hija, ya varios años fuera del país, que siente que su salud retrocede rápidamente, como avasallada por su fragilidad; y que necesita despedirse de ella ahora que puede, porque teme que la próxima vez sea demasiado tarde...
Yo entendí claramente el mensaje en sus escuetas palabras, seguidas por lágrimas de hombre valiente. Aunque en los primeros momentos quise aparentar normalidad, al seguir pintándome -temblorosamente- las uñas, unos instantes después dejé de lado la fútil ocupación para abrazarlo fuertemente.

Así, padre e hija sostuvieron la conversación más sincera, profunda y fructífera de toda su historia juntos. Y a pesar de la emoción incontrolable del momento de la despedida, al separarse ambos quedaron en paz, sabiendo que no manejan la vida y la muerte, pero que están preparados para afrontar lo que les toque a cada uno, y estuvieron de acuerdo en que lo verdaderamente importante es vivir con sentido, tanto la vida como la muerte.