lunes, 12 de enero de 2009

La pregunta

Hubo un tiempo en que mi vida era complicada. Era tan pero tan complicado para mí cargar con mi vida, que en algunos momentos me sentaba en el jardín a observar las hormigas. Suspiraba viendo cómo se alineaban llevando unas hojitas sobre la cabeza, después volvían a buscar otra, y siempre seguían lo que hacía el resto, sin complicarse en pensar si lo que estaban haciendo era lo correcto, si estaban hiriendo a alguien, si eran felices, si lo que hacían tenía sentido, si les alcanzaría para no tener hambre en el invierno, nada. Ellas sólo seguían la hilera, cada una era sólo una más del hormiguero, y seguro que al acostarse, no pensaban en nada ni tenían preocupaciones antes de conciliar el sueño.
Cuando me percataba de que estaba suspirando por el deseo de ser hormiga, me daba cuenta de que eso en realidad se llamaba envidia, y en mi mente, todo se complicaba de nuevo. Y pensaba que era una desagradecida con la vida, porque yo tenía la posibilidad de pensar, de saber quién era, de elegir qué hacer con mi vida, de hacer felices a los demás, de tomar decisiones… y de nuevo me abrumaba más y más al recordar lo complicada que era mi vida.
Cuando hace poco le conté esto a Flor, me dijo con simpleza: “miles de personas viven como hormigas…” con lo cual enseguida estuve muy de acuerdo. Y además agregó “pero nosotros no podemos, porque ya nos hicimos la pregunta…”
Es cierto, Flor. Todo empezó con la pregunta. La maldita pregunta sobre el sentido. La infernal pregunta sobre la vida, la muerte, el amor, la felicidad… el sentido. Y tenés razón. Una vez que la pregunta te entró en la cabeza, ya no la podés sacar. Te va a taladrar toda la vida, haciéndote suspirar al ver hormigas.
Pero la verdad, realmente la verdad, es que una vez que te hiciste la pregunta, y aunque no hayas encontrado aún las respuestas, no podés vivir más como hormiga. No querés vivir como hormiga. No soportás la idea de vivir como tantos otros, como hormigas que van y vienen sin cuestionarse nada. Sólo suspirás, cuando todo se complica, deseando que tu vida sea tan liviana por un rato.

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