domingo, 25 de julio de 2010

Playmóbil desencajado























Durante muchos años, busqué encajar. Ansiaba "pertenecer", sentirme incluida y valorada por otros. Participé en muchos grupos, me comprometí con diversas causas, me desprendí de todo, me la jugué por gente desconocida, dejé atrás muchas cosas valiosas... todo por pertenecer.

Después de muchos años, hoy siento que pertenezco a mi familia. Me siento bien con ellos. Puedo ser yo misma, sin tapujos ni culpabilidades. Y la paso bien!
Hace días estoy en Buenos Aires, disfrutando el encuentro, el descanso, la comida, la conversación... mi espacio, mi gente, la familia de siempre, la que siempre estuvo ahí.

Me pregunto ¿qué me pasó?

...

Sólo sé que ahora me va a costar mucho volver a irme.

3 comentarios:

Walter Albrecht dijo...

Paradojas de la vida... Los caminos vuelven a donde empiezan... y en ocasiones tenemos que dar un gran rodeo para llegar al mismo lugar... pero esta ves sabiendolo apreciar, porque el camino recorrido nos descubre el valor que realmente tiene...

Madrina, un abrazote

krasia may dijo...

Querida mía; como dice tu ahijado son las paradojas, mientras maduramos creemos que la familia es un mal chiste que alguien nos ha hecho o bien que estas pagando pecados anteriores, pero la verdad es que uno reconoce a su familia, cuando uno se percibe como es en realidad, es decir, tu, yo y el resto del mundo es lo que su familia es... por eso me alegro que te cueste alejarte de tu familia,ya que te reflejas en ellos y te ajustaste a lo que buscabas.

Recuerda las despedidas no son para siempre.

belu dijo...

Amén x las buenas sensaciones!
de la vuelta, mejor ocuparnos cuando sea necesario..

(a esta altura, quizá ya te volviste. leí muy tarde el post. pero me parecía interesante remarcar lo bueno de toda esta situación... olvidándonos un poco del "después")

abrazo!