Se acerca fin de año, y en mi entorno se vuelven a escuchar
las frases de siempre: “este año me mató”, “que termine de una vez este año
maldito”, “esperemos que el próximo año sea mejor”, etc. Hace años que vengo
observando este fenómeno, y me pregunto qué culpa tienen los años, o qué
diferencia hace un número en el calendario cuando se trata de suerte, éxito o
desdicha de las personas…
Una persona cercana a mí, desde hace 3 años repite en
noviembre-diciembre que éste fue un año terrible para ella, que ojalá se
termine pronto, y que espera que el año que viene sea mejor. Cuando le escuché
la misma perorata este año por tercera vez consecutiva le hice ver que no podía
ser “el año” el culpable, ya que los últimos 3 habían sido igual, y que tal vez
había algo en su vida que no estaba del todo bien… Obviamente a nadie le gusta
que le digan esto, y se me armó todo un problema por mi comentario.
Yo creo que todo depende de cómo asumamos la vida. Si la
vida es para nosotros un devenir fortuito de acontecimientos regulados por
caprichosas fuerzas cósmicas externas a nosotros que nos determinan la
existencia, claramente podremos echarle la culpa al año, al clima, a la mala
suerte y a las cosas que “nos pasan” que no nos permiten ser felices, nos
quitan libertad, etc. Pero si decidimos vivir la vida como una conquista personal,
cada evento será una oportunidad para APRENDER. Necesitamos aprender tantas
cosas en esta vida…
- Aprender a amar y dejarnos amar
- Aprender a aprender todo el tiempo
- Aprender a disfrutar de cada momento
- Aprender a compartir lo que somos con quienes nos importan
- Aprender a dejar huella en cada cosa que hacemos
- Aprender lo más difícil: ser feliz siendo nosotr@s mism@s.
Yo en particular decidí hace muchos años vivir de esta
manera, y estoy feliz porque durante el 2012 tuve muchas dificultades,
tropiezos, dolores y trabajo agotador… pero tengo la certeza de haber logrado
aprender de estas 6 formas.
Hoy sé que soy mucho más “yo” que hace 12 meses, sé amar y
vivir mucho más y mejor, entregué lo mejor que pude de mí misma incluso a personas
nuevas que conocí, tomé las decisiones necesarias para seguir buscándome a mí misma
y poder dejar mi aporte en este mundo… y decidí más que nunca en mi vida, ser
feliz aunque cueste muchísimo (porque pucha que cuesta) y para eso me desprendí
de muchas aparentes seguridades y comodidades a las que estaba aferrada.
Si todo hubiera salido como yo pensaba al iniciar el 2012, me hubiera perdido de vivir tantas cosas... pero especialmente me hubiera perdido de descubrir la fuerza interior que tengo, de lo que soy capaz, y los sentimientos que latían tan adentro mío que no me daba cuenta, y que hoy me hacen muy feliz.
Gracias a mí misma, el 2012 me deja muchísimo y estoy
agradecida por eso.
1 comentario:
Oh... hace tiempo que no entraba en tu blog... realmente muy cierto e interesante lo que cuentas... tenemos tanto por aprender, y depende de nosotros aprovechar, aprender y seguir creciendo en todos los sentidos... y no es algo que dependa mágicamente del año.
Un abrazo grande
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