martes, 11 de enero de 2011

María Elena y la escuela

He dado por concluida mi tesis. Aún le estoy haciendo algunos arreglos, mientras 5 doctores en Pedagogía la analizan con lupa y me señalan qué mejorar. Terminada esa etapa loca, loquísima de la redacción de la tesis; estoy más pensante que nunca. Y ahora podré volver a este espacio a plasmar algunas reflexiones.

Ha muerto María Elena Walsh. A todos los argentinos de mi generación, y a muchos otros latinoamericanos también, nos invade una gran nostalgia. Volvemos a escuchar sus canciones, las vemos en videitos de YouTube y los compartimos en Facebook. En Twitter, la noticia de su muerte y los comentarios ad hoc se transformaron rápidamente en "trendic topic" mundial... Esto habla de un cambio importante en nuestro mundo y en nuestras comunicaciones: los que en la infancia escuchábamos canciones en disco y después en cassette, y el resto era pura imaginación; ya estamos insertos en el mundo de la imagen, en la vigencia de lo digital, y enredados en las redes sociales. ¿"Residentes digitales"? Interesante tema como para hacer un análisis sociológico-generacional, que no haré en este momento.

Lo insólito del caso, es que esta gran mujer, poeta y cantante, sólo dedicó algunos años a la poesía y a la música infantil, pero su obra rebasa totalmente lo que conocimos en la infancia, y que muchos siguen transfiriendo a sus hijos y nietos. Una vez más se demuestra que existe en nosotros una tendencia reduccionista con las personas: las etiquetamos con un solo aspecto de su vida, y con eso nos quedamos tan tranquilos, porque nos evita el trabajo de conocer la complejidad de su vida.

En mi caso, a partir de su muerte me quedé pensando sobre todo en el uso "pedagógico" de sus canciones. Convengamos en que, desde hace 40 años, María Elena le ha simplificado mucho la vida a las maestras jardineras latinoamericanas, y a muchos maestros de primaria también. La enseñanza y audición de sus canciones en la escuela, se usó como "moraleja" para que los alumnos aprendieran de manera lúdica una "gran verdad" que era difícil de justificar por medio del discurso.

"El brujito de Bulubú" por ejemplo, enseña sobre la importancia de darse las vacunas y busca mostrar al Doctor como el héroe de la historia y no como alguien temido. Nótese que el único que "lloró, pateó y mordió cuando el médico lo pinchó" fue el brujito de Bulubú, el malo de la historia.
Pero esta utilización de sus canciones se daba en particular en lo relacionado con la importancia social de la escuela. Por ejemplo, "la vaca estudiosa" terminó siendo la única sabia de Humahuaca, ¿por qué? Por "rumiar la lección" en un rincón, donde la tenían castigada por ser distinta al resto. Los chicos de Humahuaca se transformaron en burros, ¿por qué? Por divertirse en el colegio en lugar de leer y estudiar. Estos conceptos dan una idea de los propósitos de la escuela y de lo que "conviene" hacer en ella, y esto era muy beneficioso para los docentes que buscaban afirmar su autoridad frente a los niños, aburridos de tanta lección y tan poco juego.

Sin embargo, la gran gracia de sus canciones, y a mi modo de entender, la clave de su éxito con los niños, es el recurso imaginativo y animista, que da vida a los objetos, los hace relacionarse entre sí, busca rimas basadas en sus nombres (cangrejo viejo, sirena buena) o describe sus características (nuez arrugada, colador con sed, etc.). Es parecido al logro reciente de "31 minutos" de Chile, que con ideas simples e historias que dan vida a los objetos, logra encantar a los chicos de esta generación.

Pero es más: hace dos años, María Elena concedió una entrevista. Dicen que rara vez lo hacía, y seguramente haya sido la última que dio en su vida. En ella, cuando habla sobre esa etapa de su vida (la década en que era "cuarentona" como yo ahora) en que cantaba a los niños, dice con respecto a la posibilidad de enseñar moralejas con sus canciones:

"...siempre contradije la ocurrencia de que con la poesía o con el arte o las letras de las canciones se podía modificar a las personas, inculcarles algo, ser docentes. Nunca me sentí atraída por ideas como ésa. Y eso se ve en mis trabajos para chicos, en donde alcanza con usar un lenguaje rico y que los versos estén bien medidos para cumplir con la “docencia”. Nunca pensé que hiciera falta agregar moraleja al final de una canción ni decirles a los nenes que se porten bien. Nunca me interesó ponerme en el papel de madre".

Esta falta de interés de MEW en usar las canciones o poesías como enseñanza, se condice con el sarcasmo acerca de las moralejas: escuchen por ejemplo el final de la canción del perro salchicha.
Esto afirma una idea importante: el "uso pedagógico" que se hizo de sus canciones en este sentido, no fue más que un abuso de nuestros educadores. Hay que entenderlos: no es fácil justificar la escuela y sus métodos frente a mentes inocentes que no comprenden por qué deben aburrirse para "cumplir con el deber" y "ser buenos niños que se portan bien", dejando así contentos a los adultos. La crisis de la escuela como institución formadora se viene arrastrando desde hace varias décadas, y esto está demostrado mundialmente por la necesidad de hacerla obligatoria para que funcione.

Pero volviendo a MEW, también se revela en sus canciones esa mujer disidente, que en los años '70 de la Argentina en dictadura, hace aparecer a los reyes robando una naranja, que era la amiga del protagonista (Twist del Mono Liso) y a un coronel que se llevan preso por lastimar a la mermelada (Canción de tomar el té). También, aparece un ladrón que es vigilante y otro ladrón que es juez (Canción del Reino del revés).

Así, denuncia crudas realidades nacionales en simpáticas canciones infantiles, y eso sí que es pedagógico: advertir a los niños sobre el mundo al cual llegaron. En fin, creo que toda la invitación de sus canciones hacia los niños, se podría resumir en una sola frase: "¡Vamos a ver cómo es, el Reino del revés!".

domingo, 12 de diciembre de 2010

No te rindas!

No te rindas, aún estás a tiempo de abrazar la vida y comenzar de nuevo, aceptar tu sombra, liberar el peso y retomar el vuelo.

No te rindas, que la vida es eso, continuar el viaje, perseguir los sueños, abrir las exclusas, destrabar el tiempo, correr los escombros y destapar el cielo.

No te rindas, por favor, no cedas.
Aunque el frío queme, aunque el miedo muerda, aunque el sol se ponga y se acalle el viento, aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tu seno.

Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo, porque lo has querido y porque yo te aprecio, porque existe el vino y el amor es cierto, porque no hay herida que no cure el tiempo.

Abrir las puertas, quitar los cerrojos, bajar el puente y cruzar el foso, abandonar las murallas que te protegieron, volver a la vida y aceptar el reto.

Recuperar la risa, ensayar un canto, bajar la guardia y extender las manos, desplegar las alas e intentar de nuevo, celebrar la vida, remontar los cielos.

Mario Benedetti


Estoy en la etapa final de la redacción de la tesis... y espero resistir. Saludos!

lunes, 29 de noviembre de 2010

La asertividad también tiene derechos

Encontré por ahí en la web esta lista de Derechos Asertivos, extraídos del libro "La asertividad: Expresión de una sana autoestima" del autor O.Castanyer editado por Desclée De Brouwer. Están interesantes... los comparto.

  1. El derecho a ser tratado con respeto y dignidad.
  2. El derecho a tener y expresar los propios sentimientos y opiniones.
  3. El derecho a ser escuchado y tomado en serio.
  4. El derecho a juzgar mis necesidades, establecer mis prioridades y tomar mis propias decisiones.
  5. El derecho a decir "NO" sin sentirse culpable.
  6. El derecho a pedir lo que quiero, dándome cuenta de que también la persona con la que dialogo tiene el mismo derecho.
  7. El derecho a cambiar.
  8. El derecho a poder cometer errores.
  9. El derecho a pedir información y poder ser informado.
  10. El derecho a obtener aquello por lo que he pagado.
  11. El derecho a decidir no ser asertivo.
  12. El derecho a ser independiente.
  13. El derecho a tomar decisiones sobre mis propiedades, mi cuerpo,... mientras no viole los derechos de otras personas.
  14. El derecho a tener éxito.
  15. El derecho a gozar y a disfrutar.
  16. El derecho a mi descanso, al aislamiento, no dejando de ser asertivo.
  17. El derecho a superarme aunque supere a otros al hacerlo.

lunes, 8 de noviembre de 2010

El tiempo pasa...

Hace casi 6 años escribí un poema sin forma de poema, titulado "Oda a las canas". Si supieran cuántas más han aparecido desde entonces... en fin.

Lo que escribí en aquel entonces sigue siendo válido hoy, que estoy a punto de cumplir 40 años, todo un número cargado de significado y de recuerdos...

Publico hoy lo escrito hace 5 años, 9 meses y 6 días, porque aún me hace sentido.


Oda a las canas


Amo el cuerpo que coseché a lo largo de mi vida, porque:

  • Mis canas aclaran los años que peiné esta cabellera;
  • mis múltiples cicatrices enumeran todas las cosas que se tropezaron con mi camino;
  • las líneas en mi frente muestran que viví noches de preocupación, momentos de perplejidad y horas de angustia que me hicieron aprender y madurar;
  • las pecas de mi cuerpo indican que desde la infancia disfruté del sol y el aire libre;
  • las patas de gallo que escoltan mis ojos cuentan la infinidad de sonrisas amables, guiños cómplices, risas pícaras y carcajadas exhuberantes que compartí con quienes quise;
  • los hoyitos y marcas diminutas en mi cara, me cuentan que también yo viví la adolescencia, esa etapa en que las hormonas erupcionan en la suave piel infantil;
  • la marca de la BCG en mi brazo derecho habla de los mimos que recibí a los 6 años por tener el brazo infectado;
  • los rollos que disimulan mi cintura, explican que después de tantos años, aprendí a disfrutar de lo que como;
  • la celulitis que tiembla en mis muslos, festeja que al fin dejé de vivir corriendo para "salvar al mundo";
  • la vértebra torcida que me saluda cada día desde mi cintura, alegra el recuerdo de mi infancia inquieta y traviesa, cuando los golpes no dolían y uno nunca pensaba en las consecuencias...
...amo mi cuerpo actual, porque es la exposición itinerante de la vida que viví.

martes, 5 de octubre de 2010

En las nubes

He descubierto cómo hacer "nubes de palabras", esa representación gráfica cuantitativa de las palabras que aparecen en un texto.

Y me divertí haciendo la "nube" de este blog. Ahí va:

Mi análisis de la misma es que el elemento "tiempo" es el que se destaca, en la palabra "meses". Tal vez sea mi cuenta regresiva de lo que me falta para volver a Chile, tal vez sea el sentimiento de orgullo por el avance con respecto al tiempo de estadía en México.

En segundo lugar, aparece otro grupo de palabras de tamaño considerable "Aprendizaje Redes Sociales importa vida misma conocer diversas". Me alegra porque son palabras que forman parte de mi vida cotidiana, son temas que me interesan y ocupan, tanto el Aprendizaje como las Redes Sociales, el conocer, la diversidad, la vida misma, y lo que importa en ella.

En tercer término, aparece un grupo de palabras menos usadas que las anteriores, pero que aún se destacan: "medios causas siento méxico tesis mayor expresarse tiempo forma gente años hoy pertenecer pregunto escribir alguien estudiar rechazar usar ser ahora cosas familia después dos". Acá aparece de todo, pero destaco México, tesis, pregunto (siempre filósofa yo), siento (importantes los sentimientos), gente, alguien, familia, dos... (mi aspecto social). Pero siempre el tiempo: fíjense la repetición de este elemento en las palabras "tiempo años hoy ahora después".

Parece que el tiempo, para mí, es un tema primordial. De hecho, no me gusta estar presionada por ese señor que siempre te está indicando que "tu plazo terminó", casi antes de haber nacido. Es como esa sensación de ser un yogurt que está vencido antes de que alguien se acuerde de sacarlo del refrigerador del supermercado. O no, peor: que ya está vencido al salir de la fábrica.

En fin, recomiendo la experiencia de hacer una nube de palabras, aunque como verán, yo quedé toda conflictuada, pero al menos me distraje un poco de la presión de la tesis!

Herramienta en página www.wordle.net

lunes, 6 de septiembre de 2010

Usar las redes sin enredarse en ellas

Dicen que Facebook permite una interacción rápida y ágil, sin mayor profundización de ideas.
Dicen que twitter exige mayor reflexión y síntesis, y se trata de comunicar ideas y no sólo sentimientos, y que por eso es menos popular que el facebook.
Los blogs son más antiguos que los dos anteriores, y permiten dar a conocer en profundidad y extensión lo que uno piensa y vive. Tal vez no son para todos.

Hay quienes creen que uno se tiene que casar con uno de estos medios y serle fiel hasta el punto de rechazar a los demás. Los ven como expresiones de una forma de ser, como un elemento que estereotipa al usuario, y por lo tanto, como incompatibles entre sí.

Es verdad que cada uno tiene sus códigos de comunicación, y sus diversas formas de expresarse. Pero yo soy usuaria de las 3 "redes sociales", y de otras también. Y no me peleo con una para usar la otra. Me expreso de diversas maneras en cada una, pero en todas soy yo, la misma que viste y calza.

Creo que los medios digitales son *herramientas* en el intento de expresarse, darse a conocer, interactuar con otros, participar en causas, e incluso crear opinión.
No es necesario abanderarse por uno u otro medio, tal como no podemos rechazar el destornillador porque nos guste más el martillo.

Lo que me importa ahora es poder determinar cómo se aprende en las redes sociales. Estoy convencida de que son una instancia de aprendizaje, de compartir y socializar información y conocimiento. Otros dirán que son una pérdida de tiempo de los jóvenes para no "estudiar", que son un peligro porque nos dejan indefensos frente a pedófilos y malintencionados. No me importan esas visiones, están centradas en prejuicios y desconocimiento.

Me importa indagar en el aprendizaje que, de hecho, ocurre día a día en ellas.
Si alguien quiere aportarme un testimonio, con gusto conversaremos y valoraré mucho su experiencia. Estoy trabajando en una tesis sobre aprendizaje en las redes sociales, buscando derribar muchos mitos y ayudar a aplanar el camino hacia una nueva forma de aprender.

domingo, 25 de julio de 2010

Playmóbil desencajado























Durante muchos años, busqué encajar. Ansiaba "pertenecer", sentirme incluida y valorada por otros. Participé en muchos grupos, me comprometí con diversas causas, me desprendí de todo, me la jugué por gente desconocida, dejé atrás muchas cosas valiosas... todo por pertenecer.

Después de muchos años, hoy siento que pertenezco a mi familia. Me siento bien con ellos. Puedo ser yo misma, sin tapujos ni culpabilidades. Y la paso bien!
Hace días estoy en Buenos Aires, disfrutando el encuentro, el descanso, la comida, la conversación... mi espacio, mi gente, la familia de siempre, la que siempre estuvo ahí.

Me pregunto ¿qué me pasó?

...

Sólo sé que ahora me va a costar mucho volver a irme.