viernes, 20 de marzo de 2009

Fuerzas especiales, impunidad y legalización

En este país hay demasiados policías para la sensación de inseguridad permanente que se percibe. Existen fuerzas armadas de todo tipo:

  • Policía Federal
  • Policía Estatal (de cada Estado)
  • Policía Municipal (de cada Municipio)
  • Policía de Tránsito
  • Policía Preventiva de México
  • Policía Judicial
  • Policía Autónoma Metropolitana
  • Ángeles Guardianes (ONG de policías barriales voluntarios)

En la “guerra contra el narcotráfico” como la llama el Gobierno en su política represiva, quien debe enfrentarlos es el Ejército Federal (la enorme corrupción en las policías hace imposible contar con ellas para esta tarea). Sin embargo el crimen organizado, cada vez más, hace lo que quiere: secuestra, fusila, amenaza, asesina autoridades, y tiene mayor poder balístico que todas las fuerzas armadas juntas. El narcotráfico es el mayor ingreso económico del país, incluso mayor que los ingresos del Estado por la explotación petrolera (EEUU lo calcula como 25 mil millones de dólares anuales), y eso les da mucho poder.

Pero en medio de la impunidad y la impotencia de la ciudadanía y del Gobierno, surgen propuestas de todo tipo para lograr solucionar el problema. Recientemente se aprobó una ley, llamada de “Extinción de dominio”, inspirada en Colombia, que permite expropiar todos los bienes de los supuestos narcotraficantes, sin necesidad de pagarles indemnización; dejando así de lado los derechos ciudadanos a la presunción de inocencia y a la propiedad privada. Se supone que la finalidad de esta ley es quitarle fuerza económica al crimen organizado. También hay un partido político que propone legalizar la drogadicción, para terminar con el problema, y listo (lo que no es delito no hay que perseguirlo, y “quedamos todos en paz”). Y lo más increíble es la propuesta que se presentó en estos días al Congreso: realizar un padrón nacional de adictos, y que el Estado, a través del Sistema de Salud Pública, les proporcione gratuitamente “las drogas que necesitan para su vida” (sic), a fin de bajar la demanda de droga en “el mercado”, y debilitar así a los narcotraficantes. Nadie habla aún de cómo lograr esto (¿transformándose el Estado en cliente de los narcos?), y menos aún de las posibles consecuencias de la realización de esta propuesta. Tampoco piensan que más de la mitad de la droga que entra por la frontera del sur, sale por la frontera del norte, ya que está destinada a los consumidores de droga del país Consumidor por excelencia.

No es mi intención aquí hacer juicios acerca del tema, ya que reconozco su gran complejidad; pero me llama poderosamente la atención la creatividad que surge de la desesperación y la impotencia frente a un grave problema social.

2 comentarios:

krasia may dijo...

cuidado amiga; que en países como Mexico, hay que tener cuidado de opinar y mirar feo. cariños Ely

Idealista Irredimible dijo...

Si, Ely, en Chile también... y tú sabes que nunca hice caso a eso, no? Saludos a Coquimbo!