lunes, 25 de mayo de 2009

25 de mayo, nació un caballo...

Hace 18 años, me fui a vivir a Montevideo, Uruguay.
Teniendo en cuenta que era joven, argentina, y que Uruguay se considera OTRO PAÍS -aunque tengamos una cultura común rioplatense- era un gran salto para mí, todo un cambio. A pesar de que en 6 horas de viaje podía estar en Buenos Aires, esto no era tan fácil, por lo económico, por los compromisos asumidos y los permisos necesarios, etc.

Entonces, los días como hoy, fiestas patrias en mi país natal, eran especiales. Me reunía con las dos argentinas que conocía, con quienes estudiaba filosofía allá, comíamos empanadas con vino, y lo más importante: cantábamos el Himno Nacional.

Pensar que cuando uno va al colegio, cantar el himno es lo más aburrido y sin sentido que hay, un acto mecánico impuesto por las autoridades, durante el cual buscás las mil maneras de entretenerte, haciendo cosas prohibidas y sancionadas por tus pobresores.

Pero cuando uno vive en otro país y llega una fecha así, escuchar la música del himno puede volverse la experiencia más emocionante del mes.
Hoy soy menos melancólica (creo), después de tantos años fuera del país y habiendo vivido en otros dos países latinoamericanos, pero un 25 de mayo, siempre es un 25 de mayo.

Update:
Acababa de publicar esto, cuando suena el teléfono y del otro lado del cable, mi madre en Buenos Aires me cuenta que está melancólica por la fecha patria, y que se acuerda con nostalgia de cuando me fue a visitar a Montevideo en esta fecha, hace 17 años, y un amigo argentino que cumplía años ese día, subió una banderita chiquita mientras nosotras cantábamos el himno... y que fue tan emocionante para ella estar en otro país un 25 de mayo y reunirse con argentinos, cantar el himno y subir la banderita...

En fin: Un recuerdo de mi amigo Jorge que yo no tenía presente en este momento... pero también, la demostración del origen de mi nostalgia patria...

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