¡Qué lindo es que un país no haya perdido sus hábitos alimenticios a pesar de tanta invasión cultural como tenemos en nuestro continente!
Me maravillo aquí en México al descubrir los sabores tan variados, con tanta raigambre histórica, y con preparaciones que son complejas pero que se siguen manteniendo y cocinando...
El otro día aprendí a hacer, y a comer, huauzontle. ¡Exquisito! Si el nombre en náhuatl les parece complicado, les cuento que en latín es peor: "Chenopodium berlandieri nuttalliae". Su preparación es larga y compleja, pero su sabor es tan original y rico, y su valor nutricional tan grande, que vale la pena.
El huauzontle es una de las plantas alimenticias que México aportó al mundo, junto con el maíz, el frijol (poroto), el chile (ají), el cacahuate (maní), el aguacate (palta), el jitomate (tomate rojo), la calabaza, la vainilla y el cacao.
Lo interesante del huauzontle, es que los españoles al llegar a México prohibieron su cultivo y consumo (era la cuarta fuente de la alimentación de los aztecas), y como tantas otras cosas prohibidas por los conquistadores, los mexicanos lo mantuvieron clandestinamente. Creo que esa tozudez cultural de estos pueblos mesoamericanos, fue el secreto para mantener vivas hasta hoy muchas costumbres maravillosas de sus etnias, y así ser ejemplo para el mundo de una integración de la modernidad a la vida cultural propia, sin dejar que ésta muera.
Claro que para nosotros en el sur, lo moderno es tan atractivo, rápido y fácil... que nos dejamos fascinar por la tecnología y reemplazamos las formas de vida que teníamos por lo nuevo, que nos parece imprescindible de repente. Si no fuéramos tan ¿cómo llamarlo? y no mendigáramos cultura de otros países que se creen más "civilizados", aún conservaríamos valiosas costumbres de los tobas, los coyas, los changos, los diaguitas, los mapuches, los querandíes, los atacameños y tantas otras etnias que ya olvidamos.
¡Viva Cuauhtémoc y su resistencia!
en sueños no hay firmeza
Hace 3 días
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